Al parecer, los vegetarianos, beganos y demás gente que huyen de la carne y sus derivados y algunas personas que toman alimentos llamados «ecológicos» pueden estar equivocados, al menos en lo que respecta a este tipo de alimentos.
Últimamente está ocurriendo una especie de moda que consiste en ir en contra de estos alimentos, generalmente más caros que los «normales» pero que se paga más alto por que «disfrutan» al parecer de una cosecha y un proceso de elaboración «ecológico» y por tanto, más saludable y mejor para el organismo, en teoría. Pero se están levantando muchas voces en contra.
Por ejemplo, diversos escritores han escrito y publicado que no hay ningún estudio científico que diga que los alimentos ecológicos tengan mejor sabor o que sus propiedades naturales como vitaminas, minerales, etc… sean mejores o tengan más cantidad que los llamados tradicionales. Es decir… entonces, ¿para qué son más caros si ningún estudio científico dice que son mejores que los demás…?
En contra de estos alimentos están los llamados «transgénicos» , de los cuales grupos ecologistas como Greenpeace dicen que rompen la cadena alimenticia y se convierten en productos de segunda, aunque estos mismos críticos están comentando que tampoco hay ningún estudio científico que diga que son peores.
Otra de las críticas que hacen los ecologistas es que los alimentos ecológicos son mejores porque no tienen ningún producto quimico. El contraargumento que el otro grupo hace es que en el mundo que vivimos con tantas enfermedades y plagas, hay que proteger a los alimentos que se cultivan del campo contra los insectos que pueden pudrir, por ejemplo, las frutas y verduras.
En definitiva, argumentos y contraargumentos y el público en general en definitiva no sabe a qué acogerse. Decían que el chocolate engorda, ahora dicen que el chocolate negro en pequeñas cantidades incluso adelgaza. Que la leche ensucia el hígado, que no hay que beber agua mientas comes, etc… cuando se ha demostrado que es falso. Como siempre, nuestra opinión dependerá de qué nos quieren vender las empresas farmacéuticas y las grandes multinacionales.
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