«El transfuncionador del continuo es un misterioso y poderoso mecanismo, y su misterio solo es superado por su poder.» Quien no haya visto la película «Colega, ¿dónde está mi coche?», no sabrá a qué nos referimos, con lo que recomendamos verla. Es una buena dosis de hora y media de frikismo exacerbado. De hecho, creo que es la película más friki de la historia del cine, a excepción de alguna película que haga Wilbur en un futuro alternativo.
Jessie y Chester, un Ashton Kutcher y Seann Willian Scott en su mejor interpretación de comedia jóven friki de toda su historia, de repente se despiertan en su casa sin recordar nada de nada de una fiesta que tuvieron la noche anterior. Ni siquiera encuentran su coche, y en su alocada búsqueda se empiezan a encontrar con seres extraños:
En un chino piden una comida y la persona que le sirve por un altavoz empieza a decir «¿Y luego?», quizás haciendo una veleda crítica a la comida china. Se encuentran con «tias buenas», (así se hacen llamar) que les dicen que les darán placer oral si les ayudan a encontrar el transfuncionador del continuo, que es una terrible arma que si no se controla hará destruir el universo entero replegándose en sí mismo. Además, los llamados «guardianes del transfuncionador del continuo» aparecen en escena también y parecen alienígenas gays.
Por otro lado, hay un grupo de jóvenes que forman una especie de «secta» y su lider, Zoldar, dice que en cuanto mueran se irán al espacio para vivir allí y conocer otras galaxias, si ellos encuentran también dicho aparato espacial. Al final, resulta que lo tenía Seann Willian Scott en su papel de Chester, y está en forma de cubo de Ruddick que en cuanto lo resuelve, se activa dicha arma de destrucción masiva.
En fin, resulta tremendamente complicado explicar el argumento de esta película, pero la recomendamos por que te echas unas risas aseguradas, para aquellos a los que nos gusta el humor absurdo. Sirva esta reseña para mañana hacer el gran resúmen del estreno de Iron Man 3, que esta tarde mismo veremos.