Poco se habla de esto, pero según nuestra humilde opinión es una verdadera tortura mental el estar oyendo todo el puñetero día los villancicos. Eso no lo tienen en cuenta desde la Inspección de Trabajo, pero algo podrían decir.
Es una tortura mental, ya que estás 8, 9 o 10 horas oyendo «Campanas sobre campana», o el «Chiquirriquitin» ese, o lo que sea, y eso acaba por hacer desgraciado a la gente. Si ya agobia cuando estás oyéndolo solo un rato, hasta que te vas a casa, imagínate los pobres empleados.
Dicen que al final ni te das cuenta de la música cuando ha pasado un gran rato, pero… hasta que pase ese rato, el hastío general puede ser gordo.
Por eso, que este artículo sea un pequeño granito de arena para ayudar y aliviar a los pobres empleados.
Deja una respuesta