Lo que ha provocado este hombre, Alfonso Guerra, que es el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso del Gobierno.
Alfonso Guerra, viejo militante del PSOE, dijo, refiriéndose a que perdió las elecciones primarias Trinidad Jiménez en favor de Tomás Gómez, que «la señorita Trini perdió». Ese fue el gran pecado que cometió. ¿Acaso está mal decir «señorita»? ¿Es un insulto? Pues al parecer.. ¡lo es!
Por ejemplo, ha protestado la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, quien dice que las declaraciones de Alfonso Guerra, en las que se refiere a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, como «señorita Trini» retrotraen a «la moral que enseñaba la Enciclopedia Álvarez». Qué cosas. Estas enciclopedias se enseñaban en los años 50 y 60 en España. También la Ministra de Igualdad, Bibiana Aido, ha protestado y ha dicho que «No le he escuchado decir señorito Gómez», en alusión a que Alfonso Guerra, presuntamente, desprecia a Trini y en cambio respeta más a Tomás Gómez pues es el hombre.
Pero… aún hay más: Elena Salgado, ministra de Economía, ha dicho que cuando Guerra dijo «señrita Trini», no fue casual sino con malévola intención, ya que «nada en el señor Guerra es casual» por tratarse de «una persona inteligente y rápida». Otra ministra, esta de Cultura, Dña. Ángeles González-Sinde ha lamentado las palabras de Alfonso Guerra y que haya participado del tópico que «respeta la autoridad de los hombres con más facilidad». También otras personas han protestado como, por ejemplo, el secretario de Estado de Cooperación Territorial, o el secretario general del PSOE en Castilla León, entre otros. En fin.
Y yo me pregunto… ¿qué importancia tiene el que un representante del Gobierno, de segunda o tercera fila puesto que no está activo en la ejecución de las leyes como Alfonso Guerra, diga o no diga la palabra «señorita», cuando no es un insulto? «Señorita» es el diminutivo de «señora», no es ningún insulto, que yo sepa, aunque no soy licenciado en Filología Hispana, desde luego. Además, tiene gracia que sobretodo lo digan dos ministras cuyas carteras son prácticamente inútiles como son la de Vivienda e Igualdad. Me parece patético, que en vez de preocuparse todos de la economía de este país que cada vez va a peor y con más paro, se dediquen a gastar energías en esto.