Ahora que se está olvidando un poco el tema de la visita del Papa Benedicto XVI a Santiago de Compostela y a Barcelona, y después de que, como siempre, los partidos políticos se echan los trastos a la cabeza diciendo que el presidente del Gobierno actuó mal y otros diciendo que actuó bien, y otros como Jauregui no diciendo nada, es hora de plantear el debate en frio: ¿debería haber ido Zapatero a ver al Papa y no solo a despedirse de él en el aeropuerto de Barcelona?
Es una cuestión interesante, ya que al Papa se le ve desde dos puntos de vista diferentes: como un jefe de Estado, el estado del Vaticano que es un estado independiente desde hace tiempo, y el principal referente religioso católico del planeta. Y hay que tener en cuenta lo que iba a decir el Papa: en contra del aborto, en contra del matrimonio homosexual… en fin, esas cosas que los progresistas se echan las manos a la cabeza.
Zapatero no estuvo en Santiago de Compostela. Ni siquiera estuvo en España, ya que estuvo visitando en el extranjero a las tropas españolas. En Barcelona sí que acudió, pero no para ver como «consagraban» la Sagrada Familia sino al final de todo, justo antes de irse. ¿Hizo bien o hizo mal? Pues hay dos respuestas para esto, según nuestro humilde punto de vista.
Hizo bien pues una persona que está en contra de sus ideologías como gobernante como es el Papa, concretamente en su faceta de catolico, y si Zapatero no es católico sino ateo, pues evidentemente el no haber acudido con él tampoco estuvo demasiado mal. Total, iba a criticar las últimas decisiones sociales del presidente de Gobierno de España, con lo que aquí se entiende que casi no haya ido. Además, se supone que España es un país laico, por lo tanto, aconfesional, y no se muestra partidario de ningun grupo religioso en concreto.
Pero en la faceta exclusiva de jefe de Estado, quizás debería haber asistido al menos a todo un medio dia del domingo, al menos. El Vaticano, pese a quien pese, por ahora es un estado soberando y qué menos que cuando viene todo un jefe de estado a visitar otra vez España pues el jefe de estado de España vaya a recibirle, y no solo los Príncipes de España. Ahí quizás estuvo mal el señor Zapatero. Deberia atender al jefe de estado Vaticano, tal como deberia atender al jefe de estado de Senegal, o de Estados Unidos, o de China.
El problema está en dónde entra el problema diplomático y donde entra el problema religioso, como el Papa ahora engloba esas dos facetas, es complicado quedar bien con todo el mundo. ¿Solución? Que el Vaticano deje de ser un estado soberano, solamente una comunidad autónoma de Italia.