Colaboraciones Oconowocc: Colano
Asistimos en estos últimos años, a un arrebato de contrición por parte de las grandes multinacionales de este planeta, mediante el cual quieren convencernos de sus estupendidimas y solidarias intenciones hacia el mar, la atmósfera, las ballenas y no se cuantas cosas mas. ¡A buenas horas!
Es decir, que después de haber expoliado durante siglos, de modo sistemático y meticuloso este sufrido planeta, ahora quieren, como dice cierto anuncio, “reinventar el futuro”. Me da pánico pensar que algún iluminado se tome al pie de la letra tan optimistas aseveraciones y decida acortar el supuesto proceso de renovación, con algún acto inspirado en los trabajos del físico Einstein.
Lo malo de todo este ejercicio de hipocresía, ya no solo es la evidente dureza, (similar al platino iridiado), del rostro de los actores en cuestión. Ya sabemos que huyen de la verdad como drácula de los espejos. Lo realmente triste es que la mayoría de las personas, encantadas de haberse conocido, también están encantadas de que las engañen. Acreditan sin duda el vaticinio de cierto escritor sobre un periodo de aborregamiento generalizado de la sociedad en estos aciagos días.
La naturaleza sabia por definición, ha dotado a todos los seres vivos de este planeta con cierto instinto de supervivencia, lo que condiciona su comportamiento social en lo referente al alimento y el territorio, manteniendo de este modo un perfecto equilibrio y armonía con el resto del ecosistema.
Pero no contábamos con la puesta en escena del ser humano que, como dicen:”Es extraordinario”; Tan extraordinario que encabezamos el ranquin de las especies más estupidas de la tierra, siendo los únicos seres vivos que nos cargamos nuestro único medio de supervivencia, este planeta, y con ello el futuro de generaciones posteriores.
Algo no funciona; Es un contrasentido que el ser humano, capaz de los mas bellos y solidarios actos de amor y generosidad, eclosione con toda su furia en comportamientos que rayan en la locura y que, a corto plazo cobraran su peaje correspondiente.
Un compañero de trabajo me dijo una vez: “Parece que la humanidad este abducida por alguna especie de fuerza maligna.” «No vas desencaminado amigo,”pensé para mis adentros, mientras me “despertaba” leyendo un articulo sobre la falta de agua en el mundo.