Por un lado, la «felicidad» de la Generalitat Valenciana, y por otro lado el cabreo de Bankia. ¿Motivo? Que el juez ha dictaminado que el aval que el Gobierno valenciano hizo al club para pagar el crédito a la Fundación para ampliar el capital social, estaba mal hecho, con lo que libera a la Generalitat y «pringa» a Bankia, que se convierte en el principal acreedor y accionista del Valencia C.F.
4,8 millones de euros dió Alberto Fabra a Bankia en intereses de dicho préstamo ya que no pudo pagar, con lo que ahora esperan que el Valencia C.F. devuelva ese dinero. Apañados están, por ahora… Ahora la tesitura es qué hará Bankia: en sus manos está el negociar más plazo con el Valencia C.F. para poder pagar el crédito de 81 millones de euros, que el Valencia pedía 18 años pero Bankia solo concede 15.
Por otro lado, está todavía la «patata caliente» del nuevo estadio: una infraestructura importante, muy importante para la ciudad de Valencia que contaría con un gran estadio, uno de los mejores del mundo, y evidentemente básico para el club ya que vería incrementado sus ganancias por aforo. Pero está a medio hacer. Al final, será Bankia quien tenga que hacerse cargo del estadio, llamándolo «Bankia Stadium» quizás, quién sabe.
Pero esto es que tiene poca solución, muy poca. O la Generalitat Valenciana financia parte del nuevo estadio para quedárselo ellos mismos, o es Bankia quien concede el préstamo total, por que está claro que el Valencia C.F. no va a tener dinero para acabarlo por ellos mismos.
Si de verdad Bankia, que se ha cargado Bancaja y Caja Madrid, quiere tener un detalle con Valencia, que de un paso adelante y que ponga todas las facilidades posibles para que el club pueda pagar todas sus deudas. Sino, seguirán perdiendo clientes a mansalva por que la gente sabrá lo que han hecho. Por eso este artículo lo hemos titulado: condenados a entenderse, porque aunque no quieran, tienen que hacerlo.