Colaboraciones Oconowocc: Carlos Reyes
«El hombre no puede dirigir al hombre». Esta frase, extraída de un conocido libro, hace referencia a la enorme falta de capacidad que tenemos los seres humanos para lograr gobernarnos de una manera justa y equilibrada. Pero cada día queda demostrado que los intereses personales y egoístas nos separan unos de otros.
Y todo esto lo digo por la situación que está sufriendo en estos últimos meses un sector muy especial de nuestra sociedad, que trabaja diariamente en el beneficio de nuestros más especiales. Me refiero al problema de cobro por parte de la Generalitat hacia el sector de nuestros centros ocupacionales, ese pequeño grupo que se deja la piel en su trabajo para el beneficio de muchos. Hoy, día 22 de julio de 2012, muchos centros ocupacionales valencianos son víctimas del impago por parte de la Generalitat Valenciana. Los poderosos parecen haber olvidado que existe este sector, hasta el punto que desde enero esperan poder recibir las dichosas (así pensaran los mandamases) subvenciones, que permiten que estos centros puedan llevar a cabo sus pagos diarios, semanales, mensuales. Luz, agua, teléfono, nóminas, todo lo que guarda poder sostener a estos centros.
Pero además, hay algo que por desgracia, a menudo, pasamos desapercibido. Hablamos de centros ocupacionales como conjunto, pero olvidamos que dentro de ese grupo hay nombre propios. Estos están compuestos por los Juan, Ana, Estefanía, Jose, David, Andrés, quizás algún Carlos, o Lorena, o quizás varios Pablos, es decir, personas que dependen de este trabajo para sobrevivir en estos difíciles tiempos. Y son ellos los que están sufriendo el abandono de Generalitat. Son ellos los que son atacados continuamente por innumerables llamadas de teléfono de los vampíricos bancos, que los bombardean acerca de los pagos pendientes que soportan sus cuentas. Y son ellos los que solo pueden excusarse con la típica frase de «supongo que pronto, estamos en pantalla para Generalitat». Y cuánto tiempo llevan soportando el responder con la cabeza agachada y los ojos empañados por lágrimas de desesperación. Señora Rita Barberá, esa gente necesita cobrar para poder vivir. Hay quienes dependen de ese sueldo para pagar deudas pendientes, y algunos de ellos incluso para vivir, ya que ese es el único sueldo que entra en sus humildes hogares.
¿Es normal que después de casi ocho meses no hayan recibido un solo euro? ¿Es lógico que Bienestar social esté sufriendo que nuestra Generalitat le dé la espalda? ¿Cuántos de nosotros nos beneficiamos de ese sector de nuestra sociedad? ¿Cuántos quizás, necesitaremos la ayuda de esos magníficos y cualificados trabajadores que, sin importar los problemas que puedan tener personalmente, cuidan de nuestros seres más importantes y especiales?
Los centros ocupacionales son un valor de nuestra sociedad que no puede dejarse de lado, y Generalitat lo está haciendo. Como escritor, me encantaría firmar este artículo con un final feliz, que no puede ser otro que ser consciente y testigo de que todos los centros ocupacionales han recibido ya el dinero que adeuda la Generalitat (la cual defiende la supuesta inversión de la Formula 1, la American’s Cup, etc…). Deseo que así sea, y desde aquí pido encarecidamente que los poderosos de nuestra comunidad valenciana hagan que nuestros centros ocupacionales reciban lo que es suyo, y que dejen de estar en pantalla para que sea un hecho el cobro de sus distintas subvenciones.
Confío en los corazones de los que dirigen al pueblo.