Ahora es Evo Morales, presidente del pais de Bolivia, quien sin avisar ni nada convoca a una parte del cuerpo militar para entrar en las instalaciones de la entidad Red Eléctrica Española. Una vez más, se expropia parte de una empresa española, ante la curiosa y significativa pasividad del Gobierno español y, cómo no, de la Unión Europea, ya que para reunirse tienen que pasar 2 meses, luego 2 meses de deliberación, luego 3 meses de ejecución… en definitiva, cuando la Unión Europea, con esa velocidad de vértigo, ya decida hacer algo, dará igual por que las empresas ya estarán con la segunda generación de trabajadores, sus hijos o sus nietos.
Al menos Evo Morales ha dicho que se compromete a pagar lo justo a la empresa expropiada, eso es al menos algo positivo. Lo que creemos que no se puede hacer pues no es nada serio, es de la noche a la mañana expropiar una empresa. Más que nada por que la confianza de los futuros inversores extranjeros en los paises como Argentina y Bolivia habrá caído sobremanera, pues no se pueden fiar.
Los populistas gobiernos de estos paises (y ojo por que falta saber cómo va a hacerlo Chávez en Venezuela…) hacen mas daño a ellos mismos que daño a las empresas expropiadas, por que al fin y al cabo mas tarde o más temprano las empresas expropiadas tendrán dinero fresco que llevarse a la boca, y con ese dinero pueden hacer inversiones en otra parte, pero la desconfianza siempre quedará en los paises expropiadores.
Por otro lado, que no cunda el pánico, por que ¿a España le perjudica que expropien parte de estas grandes empresas? En absoluto. Moralmente, para los nacionalistas, les «dolerá» quizás que les quiten su «herencia española», cosa bastante relativa al fin y al cabo. Pero a los que les duele son a los grandes accionistas que son al fin y al cabo los que han pagado pasta gansa, enormes sumas de dinero, para invertir en esas empresas ahora expropiadas. Ni al Gobierno ni al ciudadano de a pie nos importa en absoluto económicamente lo que hagan; que los millonarios se apañen. Es decir, ni afecta a la crisis española para más ni para menos.
Esperemos que la Unión Europea sepa responder con claridad y que lo haga de una vez haciendo un paquete de medidas para evitar que esto sea una escalada de expropiaciones, por que hoy es España pero mañana puede ser Francia, o empresas alemanas, o italianas.