Otra catrástrofe ambiental sacude a nuestro pobre planeta, acostumbrado a que sus principales habitantes le hagan de todo. Esta vez, en Hungría. Y es grave.
Concretamente, esta semana se rompió un dique que almacenaba «barro rojo», que es una sustancia química muy tóxica, corrosiva y alcalina, de una empresa de aluminio próxima a la localidad de Ajka. Por ahora y según los datos oficiales, ya hay 4 muertos, 6 desaparecidos y alrededor de 120 heridos. Se están haciendo muchos esfuerzos para que el vertido no llegue a 3 rios importantes de la zona, aunque según los últimos datos ya hay restos de estos, y sobretodo que no llegue al Danubio, una de las principales vías fluviales de Europa.
El ministro de Medio Ambiente reconoció a la BBC que probablemente necesitarán ayuda técnica y financiera de la Unión Europea para limpiar el vertido, producido a unos 160 kilómetros al oeste de Budapest. En algunos tramos, hay tanto «barro rojo» que ha llegado a los dos metros de profundidad. Como es altamente corrosivo, ha matado toda la flora y fauna de lo que se le ha puesto por delante. Han sido evacuadas centenares de personas e incluso dicen que el olor es insoportable. Además, debido a su corrosión, ha destruido puentes y muchas carreteras.
Esperemos que el vertido lo controlen lo antes posible, pues si llega al Danubio, se contaminarán muchos miles de litros de agua dulce.