Si el negocio resulta que funciona bien y se empezó como persona jurídica, y se facturando bastante y progresivamente, hay que tener en cuenta un detalle importante:
Como persona física tributarás en el IRPF con lo que cuanto más ganes más pagas llegando hasta un 45% del beneficio con lo que puede resultan un pastón y la mitad o incluso más de la mitad del beneficio se te va. Es la hora de plantearse hacer una sociedad limitada (ya que sociedad anónima implica un capital social de 60.000 € y es más costoso; está dirigido a grandes empresas) o sociedad de responsabilidad limitada.
Se considera que cuando como persona física se tiene un beneficio superior a 6.000 euros resulta conveniente al menos estudiar bien y hacer números para ver si convendría pasarse a una limitada. Beneficios: por lo general se paga menos impuestos ya que el impuesto sobre sociedades, principal impuesto de una sociedad, es el 30% el tipo general.
Es decir… por mucho beneficio que haya, solamente se paga el 30% del beneficio, en cambio como persona física puede ser hasta un 55% en los peores casos.
Además, se llama sociedades limitadas por que la responsabilidad se limita al capital social, a no ser que haya delito fiscal. Si la sociedad va mal se llevan los bienes de la sociedad limitada, y no como la persona física que todos sus bienes personales están en peligro si va mal o te quedas «enganchado» con alguna deuda.
También está la cuestión de imagen: siempre se queda mejor el ser administrador de una sociedad que una «simple» persona física. Ante los clientes la imagen es de más solvencia.
Como persona jurídica, se crea otra persona diferente a la de persona física, y ya no se toca para nada el IRPF de la persona, a no ser que se cree una nómina. La ventaja es que la nómina es totalmente deducible para la sociedad limitada (en el caso de persona física no, y además tampoco tendría mucho sentido una persona física poniéndose una nómina a sí misma) e incluso ante los bancos queda mejor el tener una nómina de administrador pagando unas retenciones que, encima, se devuelven o se deducen en el IRPF anual.
La sociedad limitada paga IVA (modelo 303, antes modelo 300) trimestralmente y el impuesto sobre sociedades anualmente del 1 al 25 de julio. También está la opción reciente de apuntarse al IVA mensual. Pero… personalmente, es un rollo total y da más problemas que otra cosa, además de que te obligas a presentar libro de ingresos y gastos más liquidación de IVA antes del día 20 de todos los meses y como hay poco personal en Hacienda para ello siempre se retrasan y se va acumulando y acumulando y acumulando y sinceramente el sistema está bastante mal hecho.
Además, tienes que ver la base de datos de Hacienda cada 7 días a ver si hay algún error o algo que no entienden bien si no no te devuelven nada pero tampoco te avisan. En fin, un desastre de sistema, pero hay que informar de su existencia.
Lo malo de la sociedad limitada es que se incrementa el coste mensual de asesoría mas que nada por que hay libros que presentar en el Registro Mercantil y hay que llevar la contabilidad según el Código de Comercio, con lo que tiene más oficialidad la llevanza de los libros.
Hay que recordar que si se trata de alguna actividad que haya que inscribirse como actividad industrial (como talleres mecánicos, talleres navales, carpinterías metálicas o mecánicas, planchistas…), hay que notificarlo al Prop, Consellería de Industría. Otro rollo de trámite largo y tedioso y que hay que hacer una cola tremenda, como todo en el Prop más pagar una tasa… pero hay que hacerla. Y si cambias de persona física a persona jurídica hay que tramitar el cambio. Lo mismo para la Consellería de Turismo si es susceptible de cambiar (por ejemplo, menús de bares y restaurantes) y Sanidad (bares, restaurantes y actividades sanitarias).
Tampoco hay que olvidar la gestión de cambio de nombre en el Ayuntamiento (licencia de actividad) y en la Seguridad Social para que esté todo actualizado los cambios.
En definitiva, cambiar de persona física a jurídica aunque puede ser traumático no lo es, no tiene por qué salir nada caro y es símbolo de que el negocio no solo va bien sino que es rentable. Un cambio a tiempo puede ahorrar muchísimo dinero.