Como ya se suponía y ya comentamos en esta página, y eso que no sabemos adivinar el futuro, la cumbre climática de este año que tocaba en Durban, Sudáfrica, ha sido decepcionante. Decepcionante por que está cayendo una lluvia de deudas y crisis tremenda en todos los países, tanto emergentes como consolidados y tienen la creencia o el prejuicio de que ahora mismo, invertir contra el cambio climático, no es una necesidad.
¿Qué han sacado en claro, esta vez, para decir, como siempre, que no ha sido una pérdida total de tiempo? Pues esta vez han sacado en claro, por decir algo, que es el fijar la hoja de ruta para un pacto global sobre recorte de emisiones, pero empezará en el año 2015 y se pondrá en funcionamiento a partir del año 2020, y así mientras se prorroga el protocolo de Kyoto. Lo importante, que son actuaciones urgentes e inmediatas para combatir el calentamiento del planeta, de eso no se habló nada.
Y no se habló nada por que hasta última hora ni Estados Unidos, ni China ni la Unión Europea habían llegado a nada; ahora, al parecer, se sumaron al «esfuerzo» en la última hora de la Cumbre Mundial y están de acuerdo. Mientras, el planeta Tierra se sigue sobrecalentando y la temperatura aumentando. La crisis ambiental que vivimos no entiende de cumbre y sigue su proceso fatal en nuestro precioso planeta.
Rusia, Japón y Canadá, en cambio, no estuvieron de acuerdo en nada. Mientras, los científicos advierten de que a finales de este siglo las temperaturas habrán subido de media 4 grados más, y que para frenar esto habría que, ya, bajar las emisiones de CO2 un 50% de golpe… y eso es algo que no se va a hacer, ni de casualidad. Y Estados Unidos que debería dar ejemplo, tampoco ha querido comprometerse demasiado. En definitiva: han sacado ese «pacto» de mínimos para justificar los sueldos y las dietas de hacerse un viajecito a Durban, y poco más. Una pena y una decepción.