Una medida que sacó el Gobierno el año pasado para paliar o intentar paliar la crisis que sobretodo está afectando a la construcción: una deducción de hasta el 20% por rehabilitar la vivienda. Antes era del 10% y ahora lo han subido al 20%.
¿En que consistirá, si sigue adelante su plan? En que aquellos contribuyentes que cobren menos de 53.000 euros podrán desgravar hasta 1.350 euros al año si rehabilitan su vivienda. Con esta novedad la Agencia Tributaria busca reducir las reformas pagadas en negro y crear empleo en la construcción.
Esta medida siempre ha funcionado como la deducción del préstamo para la adquisición de una vivienda habitual: el límite son 9.015 € anuales para dicha deducción y para la rehabilitación son 4.000 € por personas. Ahora que se ha ampliado, no solo puede ser la vivienda habitual sino todo tipo de vivienda, sea segunda vivienda o vivienda en alquiler, siempre y cuando no estén afectas a actividades económicas por parte del contribuyente.
Otra novedad es que se amplía el límite máximo de la renta al que se puede acoger para esta deducción pasando a ser de 53.007,20 €, los que podrán beneficiarse de la deducción en su totalidad. La idea en sí es buena, aunque la realidad puede ser otra ya que si lo que se busca es hacer en «blanco» obras que se hacen en negro, tendrían que mejorarlo aún más.
Las facturas son más un 18% de IVA, con lo que si una obra ya son 3000 euros, por decir algo, el que sea en blanco ya equivale a incrementarle 540 euros mas, ademas de tener que pedir permiso de obras al Ayuntamiento correspondiente… más impuestos. ¿Compensará económicamente una cosa con otra? ¿El típico albañil, electricista o fontanero en paro pero que tiene que alimentar a su familia accederá a hacerle factura si no está dado de alta para ahorrarse la seguridad social? Improbable.