Si a principios del libro pasada Mercurio fue liberado, en esta primera mitad del libro Mercurio está bajo un intenso ataque por parte de Atalantia, la sucesora de la difunta Octavia, que quiere volver a conquistar este planeta para luego ir conquistando el resto. Pero aunque en circunstancias normales al Segador no le podrían quitar el planeta, en estos momentos cae derrotado.
Y eso que utiliza unas armas que crean tormentas gigantescas y las aprovecha Darrow para ir en contra de Atalantia, pero como no tiene toda su flota, solo una pequeña parte ya que desde la República la soberna Virginia no le dejan por culpa de los de Vox y otros, Darrow no cuenta con ayuda y ve cómo poco a poco va perdiendo el planeta, hasta que lo pierde del todo.
Y lo pierde porque no cuenta con ayuda de los obsidianos: matan a Sefi, la reina, y un tal Valsung Fa, su padre presuntamente, se hace con el poder de estos e invaden las minas de Marte. La República se disuelve ya que vuelve el hermano de Virginia, en forma de clon-niño, y está más depravado que nunca, de hecho le llaman la «Abominación», que es quien ha provocado esta ruptura. Y encima secuestran a Sevro y a los pocos Aulladores que les quedan y están en paradero desconocido.
A Virginia le apresan pero consigue escapar y se reúne con Victra que ha recuperado a su hija Electra y a Pax, el hijo de Darrow y Virginia, pero pierde a Ulises, su bebé nada más nacer. Ahora está loca de venganza contra todos.
Y el que hace caer a Mercurio y casi mata a Darrow es un Lisandro que se ha hecho mayor, 11 años han pasado desde la última vez que se vieron, y se ha convertido en héroe de la Sociedad pero ahora que se ha casado con Atalantia le dicen que a su madre… la traicionó ella, con lo que ahora que está casado con ella la empieza a odiar.
Lo único bueno es que a Darrow lo rescata in extremis Casio Au Belona, al que todos creíamos muerto, y se reunirá, al parecer, en Marte para reunir las fuerzas que le quedan: contra los obsidianos, contra el confín que ha hecho las paces con la Sociedad, es decir, Lisandro y Atalantia, y a rescatar a su gran amigo Sevro. Mucha tela por cortar para la siguiente novela, que será posiblemente la última.