La dirección general de Trabajo ha esperado hasta el último día para resolver la solicitud de Ford España sobre el ERE temporal durante el primer semestre de 2009, anunciado por «causas de la producción» dada la caída la previsible caída de ventas de coches en Europa.
El director general de Trabajo, Román Ceballos, dió el O.K. el pasado jueves a este segundo ERE de Ford, pero autoriza un máximo de 4.990 suspensiones de contratos de los 5.627 requeridos inicialmente, es decir 637 trabajadores menos (un 11,3% en términos relativos) que los pedidos por la multinacional del automóvil.
En medio del rechazo sindical (este ERE, a diferencia del anterior, no contaba con el visto bueno de la mayoría del comité de empresa), la administración autonómica sostiene que Ford España «deberá complementar las prestaciones a cargo del INEM hasta una cantidad equivalente al 80% del salario de cada trabajador afectado». Las centrales exigían que ese complemento llegara, por lo menos, hasta el 95% de las nóminas.
La medida laboral supondrá un importante ahorro en costes a la firma del óvalo, pues el INEM abona en estos casos hasta el 70% de los salarios del personal. El Servicio Público de Empleo Estatal tendrá que desembolsar alrededor de tres millones de euros, unas retribuciones que se sitúan en un mínimo por empleado de 635 euros y un máximo de 1.337 euros por mes, en función de la cualificación .
Además de ese gasto, la compañía estadounidense descuenta de su explotación las correspondientes cotizaciones a la Seguridad Social del personal (28% de los pagos), que también abona el INEM.
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