El Lagarto fue de los primeros enemigos de Spiderman que salió allá a principios de los años 60. Es un personaje muy curioso y que poco ha evolucionado al contrario de, por ejemplo, Electro o el Doctor Octopus.
El doctor biólogo Curt Connors (del que se habla que será el próximo enemigo de Spiderman en la cuarta parte de la saga cinematográfica) es un hombre teñido por la tragedia por culpa de la guerra ya que perdió un brazo en la misma. Marcado por eso y fascinado por los reptiles, quería poder imitar la técnica biológica por el cual cuando a un reptil le cortaban la cola le volvía a salir.
Claro está, su experimento salió mal y aunque efectivamente le volvió a crecer el brazo perdido luego se convirtio en un lagarto gigante, quedándose en sus genes esa transformación. Le pasa como a Hulk: cuando se enfada se convierte en el Lagarto.
Hace años allá en los años 80 diseñó una máquina llamada «enervador», el cual pretendía trasvasar el poder que tenía de reptil a una iguana y así liberarse de su «maldición». Como era de esperar, le salió mal por que a pesar de que por un tiempo no se convirtió en el Lagarto, convirtió a la Iguana en un monstruo con mente avanzada. Hace un par de años que Spiderman consiguió eliminar para siempre a dicho bicharraco.
Pero el tema es que en Curt Connors hay más de lo que se pensaba: no es que cuando se enfadaba o se descontrolaba se convirtia en el Lagarto, sino que, en el fondo de la consciencia del Lagarto, Curt podía y puede controlarle, solamente que no quería controlarle por que se sentía liberado de su cuerpo mutilado y de su mujer que ya había muerto hace tiempo y de un hijo que no le habla desde hace años.
Es decir: Curt Connors se descubre ante Spiderman y resulta que siempre ha podido controlar a su alter-ego, lo que pasa que no quería para experimentar que el Lagarto le hacía tener. Actualmente está en la prisión para super criminales llamado la Boveda, junto con otros supervillanos. Estas novedades solamente pueden pasar en un universo mágico llamado Marvel, donde los supervillanos como el Lagarto son más humanos que incluso algunos humanos.