Una pena pero tras 8 episodios solamente se acaba esta serie… al menos por ahora. Una serie que ha estado peleando desde sus inicios por sobrevivir temporada tras temporada. Y es lo típico que pasa en este país, cuando se hace una serie que habla de la historia de España y no solo centrándose en la época franquista, y quiere destacar un poco mediante la ciencia-ficción, salen los clásicos detractores que se la quieren cargar.
A lo largo de la temporada se ve cómo vuelve Julián, que al parecer tuvo una grave pérdida de memoria por sus viajes en el tiempo y se mete en el papel de actor galán de películas, hasta que le hacen recordar. Esto hace que vuelva al pasado y rompa la regla de oro del Ministerio del Tiempo: no se puede cambiar el pasado, y menos para provecho personal. Pero Julián lo hace para recuperar a su novia que murió atropellada.
Lo más interesante es la aparición del Anacronópete, que es una máquina voladora que viaja por el tiempo sin necesidad de puertas ni nada. Ahí se dan cuenta de que cuando secuestran a Julián lo llevan al futuro, un futuro donde el Ministerio del Tiempo es algo público y lo utilizan para fines políticos y económicos.
Esto hace que Salvador tenga que tomar una decisión muy difícil: matar al bisabuelo del niño que en el futuro se convertirá en una especie de Dictador. Pero antes, una policía evita que lo maten y le convence para que, en vez de matarlo, lo crien con amor toda su vida y no tenga sentimientos de venganza.
La serie acaba cuando la novia de Pacino vuelve con un Anacronópete, ya muy vieja, y se van con un Pacino también viejo, y se quedan a vivir juntos. Salvador se jubila, y coge el testigo su segundo. ¿Será el fin de la serie? Esperemos sinceramente que no.
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