El fútbol son sensaciones y ahora mismo el Valencia emite todas positivas; pero Mestalla hace solo unas semanas exhibía pañuelos en señal de protesta tras un nuevo empate ante el Leganés. En esta relación de amor-odio entre la parroquia y el equipo todo cambió con la visita del Real Betis. Y es que el pase a la final de la Copa del Rey supuso un antes y después. Los silbidos se han convertido en aplausos, y han dado resultado porque el equipo ha retornado a la senda de los triunfos en casa. Ahora el horizonte se ve despejado y la Champions League como posible.
Una simple victoria ha servido para reconciliar a Mestalla con los jugadores, aunque para el seguidor ‘ché’ ese triunfo de la inflexión significa mucho más. En el año del centenario, brinda la posibilidad de festejar al menos un título. Cierto que al otro lado del campo estará el temible Barcelona, pero a un partido el Valencia ha demostrado últimamente que puede hacer daño al campeón de las últimas cinco ediciones. Ahí no acaba la cosa. También está en juego la Europa League y LaLiga Santander, con la cuarta plaza a solo seis puntos de distancia y todavía 12 jornadas para la conclusión de la temporada liguera.
Dos vías de acceso
En otras palabras, el Valencia tiene abiertos dos frentes para repetir el objetivo del curso pasado: clasificarse para la Champions League. A Marcelino García Toral le bastó un curso futbolístico para devolver a Mestalla los acordes de la máxima competición continental y quiere repetir. El reto parece posible por segundo año, tal y como reflejan las cuotas deportivas para las apuestas a las cuatro primeras plazas. El bloque ‘ché’ es uno muy en forma en estos momentos, uno que solo ha concedido una derrota liguera en todo el 2019. Su trayectoria en este periodo se resume en tres triunfos, cuatro empates y el tropiezo que hace referencia a su visita a Mendizorroza el pasado 5 de enero, tendencia, por tanto, positiva en líneas generales. Ante esta escalada silenciosa por la tabla se presume con el nivel de competitividad adecuado para terminar conquistando el cuarto puesto frente a la rivalidad que impondrán el Getafe, el Deportivo Alavés y el Sevilla, su competencia directa.
Al margen del método tradicional de acceso a la Champions, el Valencia se guarda un as en la manga. Desde hace unos años, el ganador de la Europa League obtiene billete directo al cuadro final de su hermano mayor, y el Valencia es uno de los 16 supervivientes de la competición. Cierto que, por esta segunda vía, la lucha se presume titánica con otros grandes de Europa todavía en liza: Chelsea, Nápoles, Arsenal, Sevilla e Inter de Milán.
Lo que parecía una campaña encaminada al fracaso puede acabar todavía en una llena de celebraciones. El Valencia tiene plaza asegurada en la final de la Copa, aunque no se conforma con ello en el año de su centenario. Quiere disputar la próxima edición de la Champions, y tiene dos vías de acceso al cuadro final.
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