Pues nada, se acabaron los Mundiales y el Europeo. Claro, si el Vaticano dicen que son los representantes de Dios, seguro que siempre acaban ganando ellos con la ayuda de los ángeles, e influirán sobre los árbitros, ya no hay nada que hacer: ni Aduriz, ni Villa, ni Iniesta, ni Rooney, ni Kaká ni nada.
El Vaticano… esa institución llena de millones de euros que ahora no tiene otra cosa mejor que hacer que meterse en el fútbol. Qué cosas… los equipos rivales tienen que estar diciendo ahora «¡con la Iglesia hemos topado!, y con toda la razón del mundo, sin duda.
¿Quién será el divino entrenador? Giovanni Trappatoni, actual seleccionador de Irlanda. No sé si empezarán los partidos con oración, en vez de un minuto de silencio, imagino que nos irán informando sobre esto. La selección vaticana saldrá al campo por primera vez el 23 de octubre contra un combinado de la Guardia de Finanza (la policía financiera italiana), entrenada por el también ex seleccionador italiano Roberto Donadoni, para recoger fondos que se destinarán a la Cáritas y a las familias de los agentes.
Qué bonito. Eso sí que es dar dinero a los pobres. Esperemos que entre los espectadores no haya niños… conforme está el «patio» últimamente. No sé si notáis mi ironia…