Imaginad que váis al supermercado y para que se recuerde que la fruta, las naranjas por ejemplo, están de oferta, le quitan un trozo y se ve cómo se va pudriendo esa fruta. O imaginad que váis a una tienda de ropa y para que se recuerde que esa corbata está de oferta, rayan con rotulador negro parte de la corbata. ¿Lo compraríais? ¿Verdad que no? Bueno, pues a mi me pasó eso pero con los cómics.
En un Corte Inglés de Valencia que no voy a decir, pero es bastante conocido, resulta que veo un SuperHumor de Superlópez, uno de los últimos que ha salido y que no tenía. Cuál fue mi sorpresa que tenía el lomo rayado de rojo, pero todo el lomo con una franja roja vertical. Creí que era cosa de la imprenta, ya se sabe que a veces eso pasa, pero me di cuenta de que todos los SuperHumor de Superlópez estaban así.
Lo cogí, pregunte a la dependienta (que, por cierto, se confundía los Super Humor de Superlópez que van por el número 11 con los SuperHumor de Mortadelo y Filemón que van por el 45 o algo así [si estás ahí de dependienta, entérate un poco…]) por qué estaban todos rayados y me dijo que para acordarse de que estaban de oferta.
Oh, vaya… pensé yo. Y le dije que si no habían pensado en otro sistema más técnico-científico para acordarse, no se, tipo poner un post-it o un simple cartelito encima diciendo que están de ofertas, más sencillo y no estropean el producto, y de paso respetaban un poco el cómic que no les cuesta nada.
Pero claro, es lo que en Oconowocc decíamos hace unos meses: piensan las personas que no tienen ni idea que los cómics son algo superfluo y sin importancia, para niños que no tienen otra cosa que hacer. Y que pase en una ciudad como Valencia, de gran tradición de tebeos, es lamentablemente patético.