No me gustaba en absoluto la canción de Lucia de «Que me quiten lo «bailao», parece una patética canción condenada al fracaso, pero no lo hizo mal, con lo que al menos se merecía una posición de mitad de tabla. Pero no fue así, y como siempre, España le hacen quedar en ridículo y de nuevo queda en las últimas posiciones de la tabla.
Eurovisión está adulterado, por mucho que ahora el comentarista de TVE diga que es un «saco de sorpresas», cuando los últimos 20 años se ha dedicado a adivinar a quién votaría cada país, por cierto. Los Paises Bajos votándose a sí mismo; Portugal y Francia dándole votos a España, España dándole a Rumania y Moldova y viceversa; los daneses votando a Islandia y viceversa: Chipre dándole puntos a Grecia… y así todos. Y todos los años es prácticamente lo mismo.
El caso patético fue Italia, que después de bastantes años sin participar por que acabó harta de que siempre quedara mal, en una canción no demasiado buena va y queda tercera. Claro, para que no se vuelva a ir. Eso es lo que debería de hacer España: ¡irse! ¿Para qué gastarse dinero en enviar cantantes allí si aunque lo hagan de maravilla van destinados al fracaso?
No tenemos nada que hacer en Eurovisión; mandémosles al paseo y a otra cosa. O mandemos, de cachondeo, a otro Chiquiliquatre.
Deja una respuesta