Un buen final para una temporada que ha rallado un poco en lo mediocre, la verdad es esa. Un poco aburrida la temporada, y los continuos e irritantes flashbacks, dicho sea de paso, también.
Por fin derrotan a Shaw. Un Shaw que gracias a que detonó una bomba atómica en una ciudad pequeña matando a decenas de miles de habitantes, consigue un poder extraordinario. Cuando los más de 15.000 misiles están a punto de detonarse en todo el mundo, provocando la destrucción del mundo, consiguen desactivar gracias a que el antiguo novio de Felicity es precisamente quien ha hackeado el «rubicón», que es un programa informático que ha conseguido lanzar todos los misiles. Por desgracia, Shaw se da cuenta y a distancia lo mata.
Consiguen desactivar todos los misiles, y queda la típica pelea final, entre Green Arrow y el supervillano de turno, que lo consigue gracias a que la misma gente de Star City va en su ayuda y se enfrenta al ejército de «espíritus» y en una explicación un poco cogida por los pelos (de hecho, ni siquiera explican nada…) el poder de Sebastian mengua y así consigue derrotarlo Green Arrow, que esta vez lo mata, en vez de apresarlo, ya que se da cuenta de que es un peligro demasiado grande para que fuera apresado otra vez.
Una vez solucionado todo… el equipo de Arrow le abandona. Speedy porque dice que la oscuridad que lleva en su interior cada vez es más grande y tiene que conocerse; Spartan por que dice que afecta su «otro» trabajo a su familia y la muerte de su hermano ha sido demasiado para él, y Felicity que ya le había abandonado antes. Muertas Canario Negro (versiones 1 y 2) solo queda Oliver Queen, que es elegido alcalde gracias al gran discurso que hizo para unir a la ciudad.
Así… la temporada acaba con el equipo «Arrow» desintegrado y Oliver Queen, de alcalde de Star City. ¿Qué pasará en la quinta temporada de Arrow…? En noviembre lo veremos.