Muy buena película, que cierra definitivamente la saga, gran saga de Indiana Jones.
En esta quinta película nuestro héroe arqueólogo y aventurero se jubila como profesor de Historia, pero nada más pasar eso, le espera una última aventura, y es que uno que trabajaba para los nazis quiere un objeto que es el dial de Arquímedes, que según un amigo suyo puede predecir los agujeros en el tiempo para trasladarse a otras épocas.
Al principio Indiana no se lo cree, ya que sigue siendo muy «científico», pero luego se da cuenta de que, efectivamente, ese objeto hace esas cosas.
La hija del amigo le ayuda a obtenerlo pero solamente para venderlo ya que tiene muchas deudas, pero Indiana quiere dejarlo para el museo correspondiente y que todos disfruten. El problema es cuando el nazi le va persiguiendo y aunque al final lo elimina, va a esas «arrugas» en el tiempo y van a la época de la conquista de Troya, y se encuentra ni más ni menos que con Arquímedes.
Indiana, viejo, cansado, casi divorciado por culpa de que su hijo rebelde se alistó en el ejército y murió, se quiere quedar en esa época pero le dan un golpe para que vuelva al presente. Y no se arrepiente, ya que ahí está en su casa Marian, mucho más mayor claro está, y parece que le da otra oportunidad.
Así acaba esta gran, gran, gran saga que nos ha acompañado durante décadas.