Ahora le toca a Japón sufrir las «iras» de las agencias de calificación de la deuda. De AAA+ ha bajado a AA3, lo que significa una bajada que aunque se considera no demasiado dura, es un serio toque de atención para el mercado nipón que recordemos que tiene una repercusión directa en las economías mundiales debido a lo poderoso de su país.
Las razones son varias: la elección de un nuevo primer ministro y el descontrol de su deuda, aumentado por la catástrofe nuclear que tuvo en su momento el cual no ha llegado a solucionar todavía.
El gobierno de Japón no ha llegado a controlar el tremendo aumento de su deuda pública, que es muy grande respecto a su PIB y las reformas fiscales y de Seguridad Social que pretendía hacer ni se han cumplido al 100% ni se ha llegado a aplicar correctamente y actualmente, todo según la agencia, está lastrando su capacidad de pagar sus deudas. Solamente ha sido un escalón lo que ha bajado de solvencia pero ha desatado toda una tormenta económica que amenaza a los demás mercados asiáticos, susceptibles de la economía de allí.
También han ido a por los bancos japoneses a los cuales también les ha sido bajada la nota de solvencia, provocando una ola de críticas de dichos bancos hacia esta polémica agencia de calificación. Sea como sea que tenga razón esta agencia o solamente «esté dando por saco a propios y a extraños», la economía japonesa se está desacelerando, de nuevo.
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