En la serie Titanes vemos a Jason Todd, el segundo Robin, y cómo quiere conocer al primero, Dick Grayson que tras acabar mal con Batman se separa de él y decide convertirse en Nightwing.
Pero el personaje de Jason Todd es digno de analizar, y es que era un niño que intentó robar los neumáticos del batmóvil, y evidentemente Batman le pilló y vió a este niño de la calle y sin familia en un perfecto segundo Robin. Ni se le ocurrió el error que sería eso, ya que Jason fue entrenado para ser Robin pero el haber vivido sin familia y en la calle hizo que cada vez fuera más violento, desobediente a Batman y cada vez más conflictivo.
Como estaba obsesionado en conocer a su madre ya que descubre que sí que está viva, decide viajar al Oriente y Bruce Wayne le acompaña. Pero… salen mal las cosas y desobedeciendo una vez más a Batman, decide enfrentarse al Joker que tiene prisionera a su madre. El Joker le pilla y le da una somanta de palazos en todo el cuerpo que casi lo mata. Eso sí, tiene un pequeño hilo de vida e intenta proteger a su madre de una bomba que ha puesto el mismo Joker, pero la bomba explota y él y su madre mueren, para desesperación de un Batman que va corriendo a ver su cuerpo inerte, sin ninguna esperanza.
Curiosamente murió por que el público de Estados Unidos quiso, en una macroencuesta que hicieron para ver si valía la pena salvar el personaje o había caído tan gordo que merecía morir: y fue lo último.
Pero lo que Batman no supo es que Rash Al Ghul posteriormente cogió el cuerpo de Jason y lo metió en el Pozo de Lázaro, resucitándolo pero convirtiéndolo en malvado volviéndose un supervillano que iba en contra de Batman y sus aliados, hasta que Batman tiene que derrotarle, no sin muchas dificultades.
En definitiva, un personaje sin duda con mucho que decir en la televisión.
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