Otra vez volvemos a jugar con estas frases en valenciano… ahora en catalán debido a que el Papa viaja a Barcelona, antes a Santiago de Compostela.
Evidentemente, que al Papa, jefe del Estado Vaticano, se le haga trato de favor respecto a otras ideas, estados o religiones, es una verdad obvia. Que la gente proteste, también resulta obvio. Los famosos carteles que en Valencia estaban diciendo «Jo no t´espere» (Yo no te espero) y su contraargumentación «Jo t´espere» (Yo te espero), resultó en una agria polémica que aún hoy es objeto de debate en las Cortes Valencianas, además del gasto , de más o menos un par de millones de euros, que dicen se gastó el Ayuntamiento en montar todo el tinglado en el antiguo cauce del rio Túria, una imagen del año 2006 que quedó en la posteridad de la ciudad de Valencia para siempre.
Ahora en su segundo viaje oficial a España, viaja a Santiago de Compostela y a Barcelona. Sobretodo en Barcelona, el movimiento ateo se ha organizado en los famosos autobuses que dicen «Probablemente Dios no existe, vive la vida como quieras», o algo parecido. Curiosamente, dice bastante poco de los ateos, ya que ellos no creen que no exista Dios entonces, sino que no están muy seguros cuando dicen la palabra «probablemente». En fin, cosas del movimiento ateo.
Lo que si está claro es que hay gran parte de la población que no le hace gracia, de nuevo, que el Papa venga a España, como pasó en Valencia. Aunque algunos periódicos digan ahora que, según sus encuestas, España acepta al catolicismo en un 80%, que me rio yo de esas encuestas de La Razón, periódico que, creo, ha sido el causante de esta curiosa encuesta, la realidad es que las iglesias siguen vacias y que el catolicismo en España se ha acabado definitivamente aunque queden restos, cada vez menos, de gente mayor que más que nada por tradición pura y dura, vaya a Misa.
La Iglesia últimamente ha tenido innumerables casos de pederastia por parte de clérigos diversos, y eso es algo que el país creo que no olvida. España, no hay que olvidar, es un Estado laico aunque solo de boquilla ya que le sigue dando innumerables millones de euros para la Iglesia, con lo que también es un poco contradictorio, no así como en Francia que el Estado no da nada ya.
Sea como sea, los fervientes católicos pueden estar contentos de que el Papa vuelva a visitar España, pero que no se confundan: el catolicismo está de capa caída.