Exceptuando las escenas de sexo «fáciles» que ponen, imaginamos que para no decaiga el «argumento» secundario, la serie en sí es muy buena.
Las 8 temporadas son una pelea para conseguir el trono de hierro, el de las espadas fundidas, para controlar los 7 reinos. Y hay varias familias que pelean por él: los villanos crueles, es decir, los Lannyster y los «buenos», los Stark, que fueron traicionados por los primeros. Luego en el mapa están los targaryan, los de las islas del Hierro, los de Valle y otras casas importantes que están salpicadas por la geografía antigua de la zona.
Como la guerra la han empezado los Lannystter, que traicionan a su propio rey para que los Stark no gobiernen, comienza una dura batalla de todos contra todos, donde destaca Jon Nieve que aunque al principio se creía que era bastardo, resulta ser hijo legítimo «targaryan» y heredero del trono de hierro. Se enamora de Kalehsy, la «madre de dragones» y «rompedora de cadenas» que al final con sus 3 dragones, el cual solo le queda uno vivo, tiene que ser asesinada por Nieve porque de caer la reina madre, ella se convertiría en también una asesina, como ya lo era su padre.
Al final la señora de Invernalia es Samsa Stark, como tenía que ser, su hermana Aria se va a explorar el mundo no conocido, su hermano tullido se queda como rey de los 7 Reinos en el trono de Hierro y además «cuervo de 3 ojos» y Jon Nieve, se va al muro pero luego decide irse con los Salvajes o pueblos libres.
Es interesante la serie y tiene de hecho varias lecciones para aprender, y sobre todo, que el ser humano no es capaz de gobernar si no es aplastando a los demás. Ahora, toca ver la «precuela» de esta serie, que cuenta la historia de los targaryan, y es «La casa del Dragón».
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