Previsible, muy previsible serie, en el que una vez más DC nos demuestra que su principal personaje es Superman y se le da ese carácter casi divino de «mejor-superhéroe-del-Universo» que tanto cansa.
¿De qué va la serie? Se presenta a Kandor, una de las ciudades-estado de Kripton, unos 200 años antes del nacimiento de Superman, donde matan al bisabuelo de este por hereje, ya que dice que ha descubierto que hay vida inteligente en el Universo aparte de Kripton y que además el núcleo de este se está descomponiendo. Lo matan, y su nieto (el abuelo de Superman), se convierte en un adolescente rebelde que pasa de que le den un rango familiar pese haberlo perdido. Y pasa de las tradiciones arcaicas de su planeta.
Adam Strange, al que lo presentan como un jóven desaliñado, lejos del heroismo que sale en el cómic incomprensiblemente, le dice que viene del futuro y que tiene que detener a Brainiac, el Coleccionista de Mundos, ya que cuando llegue a Kripton se lo cargará, y se acabará el linaje de Superman y este nunca habrá existido en el futuro, y eso la Tierra no lo puede permitir, claro.
Aunque al principio no se lo cree, las pruebas hacen que crea a Adam y juntos, con la ayuda del holograma de su abuelo fallecido en la Fortaleza de la Soledad, intentarán detener a Brainiac y que el linaje de Superman siga.
En fin, seguiremos viendo la serie que esperemos que sea más prometedora que estos primeros episodios vistos.
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