La caza de animales es una cosa tan antigua como el hombre mismo. No en balde, en la misma Biblia en Génesis se habla del primer cazador de la historia, Nemrod, hombre que cazaba para divertirse. Y poco hemos cambiado, sin duda.
El hombre de ahora caza por 3 motivos: para comer, que hasta ahí está bien (excepto para los vegetarianos), para comerciar (pieles, marfil, grasas, aceites, etc.. que si es para una utilidad para el ser humano, pues vale, pero el tercer motivo es el peligroso, irracional, irreverente , insensible y antinatural: por divertirse. Véase los toros, esa fiesta desagradable y salvaje que todavía es legal y ganan un pastón los toreros que son los que lo practican, véase la caza para divertirse, como es el caso que nos ocupa ahora.
Este artículo viene en relación a que han sacado unas nuevas leyes para legalizar el método llamado «parany», en la Comunidad Valenciana:
En pocas palabras consiste en disimular en las ramas de los árboles unas ramas o palos especiales donde normalmente se posan los inocentes e ingenuos pájaros u otros animalitos de la naturaleza, pegándose o enredándose en dichos palos o ramas especiales y no pudiendo salir de ahí, momento en el cual aprovechan los cazadores para rematarlos. Oh, que romántico.
¿Qué placer puede dar matar pájaros? si no es para comérselo para subsistir o para alguna otra razón más o menos útil, ¿qué placer puede dar? ¿qué provecho hay en sacarse pagando una licencia de armas, comprarse un rifle, e ir como un salvaje al bosque cuando empieza la cruel veda a ver cuantos conejos, jabalís, gorriones o lo que narices cacen? ¿el ser humano no es lo suficientemente avanzado para dejarse esas cosas? ¿no se ha eliminado ya de la faz de la pobre Tierra suficientes especies animales para seguir con esta tradición absurda y cruel?
En fin, sobra decir que estamos en contra de la caza de cualquier animal. A ver si los seres humanos nos comportamos con la naturaleza de una manera digna, de una vez por todas. Y los cazadores, a ver si hacen algo más útil con sus vidas.