Las islas Columbretes, maravilla de la fauna y flora del Mediterraneo en el mar de la provincia de Castellón, paraíso de las reservas ecológicas, se va mueriendo poco a poco, por un enemigo que por ahora es inexorable: el cambio climático.
El cambio climático es algo que por ahora nadie puede remediar pero en la que todos son buenas intenciones. Cuando los rayos del Sol penetran en el manto de la Tierra se supone que deberían dejar el calor y salir rebotados al espacio otra vez, pero como ahí fuera hay un dosel de CO2, resulta que vuelven a rebotar quedándose en el planeta; esto hace que la temperatura global vaya subiendo paulitinamente. El mar que más le afecta, el más sensible en esto, es el Mediterraneo, y las Islas Columbretes están sufriendo su efecto.
Concretamente, lo que está pasando en dichas islas, inhabitadas y ya que son reserva natural, a salvo de la contaminación de los humanos, es que debido a las altas temperaturas en verano, consecuencia del cambio climático, se ha perdido la mitad del coral precioso de allí llamado «madrépora mediterránea», vital para la salud del Mediterráneo. Además, hay que tener en cuenta que si el nivel del mar va subiendo milímetro a milímetro, cada vez habrá menos isla y más zona húmeda, con lo que la fauna y flora de las islas también están sufriendo sus efectos.
Esto irá pasando en el futuro, pero lo que está pasando ya, ahora mismo, es la pérdida del coral, síntoma del mal estado del fondo de este mar tan turístico como es el Mediterráneo. Esto tiene que solucionarlo los famosos Congresos sobre el Clima que se han ido celebrando, pero lo que se soluciona es bastante escaso, ya que ningún país quiere ahora modificar su proceso productivo que es bastante costoso, y más ahora con la crisis económica que está cayendo.
¿El resultado? Nadie hace nada, con lo que el problema sigue y sigue inexorablemente. Estos gritos de S.O.S. que está lanzando unas pequeñitas islas como las Columbretes, ojalá sirvan para que el mundo se de cuenta de lo grave que es este cambio climático.
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