Final de la tercera temporada… y de la serie, que acaba con un gran, gran final, a la altura de lo que ha sido esta serie.
Todo el orígen de Legión es por culpa de su padre. ¿Su padre es Charles Xavier, como en el cómic? Pues no sé sabe, aunque casualmente también se llama Charles… con lo que podemos especular lo que se quiera especular…
Hace más de 30 años que cuando nació Legión, David Heller, su padre, que es un poderoso telépata, detecta en Marruecos a un igual. Va a verle, y resulta ser el rey de Marruecos, y es ni más ni menos que Faruk, el gran enemigo de Legión. Peleó contra él y venció, ya que es malvado, pero lo que el padre nunca supo es que Faruk aunque fue derrotado, su «alma astral» viajó hasta colarse en el cuerpo de su hijo siendo bebé, y lo volvió prácticamente loco.
Legión, gracias a la ayuda de su amiga china que puede viajar por el tiempo, quiere viajar hacia el punto donde él siendo bebé su padre va hacia Marruecos. Juntos, él y su padre se enfrentan contra Faruk, pero el Faruk del presente de Legión escapa de la dimensión del «tiempo entre el tiempo» y viaja también hacia el pasado a ver ese momento.
El Faruk del pasado lucha contra el padre, y el Faruk del presente de Legión lucha contra el hijo. El hijo está a punto de matar a su Faruk tras una batalla mental, pero el padre le detiene: ha hecho un pacto con Faruk para que si se le deja vivir, en el pasado no se meterá en la mente del niño. A duras penas Legión lo acepta, y eso hace que toda la línea temporal de David Heller cambie y así tener una existencia feliz, empezando por su niñez.
Así, David Heller como su amiga rubia que por culpa de él también tuvo graves trastornos mentales, desaparecen, y el niño llamado David Heller crecerá sano mentalmente y felix.
Gran final para una gran serie.
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