Colaboraciones Oconowocc: Gran Chema
No solo la Biblia proporciona datos sobre el Diluvio. Para quienes deseen considerar otras fuentes, el siguiente análsis cita de fuentes históricas de diversas partes del planeta. No obstante, todas se ajustan al modelo bíblico, no el modelo bíblico se ajusta a ninguna de ellas.
Un cataclismo como el Diluvio, que eliminó de la existencia a todo el mundo de aquel tiempo, sería algo que jamás olvidarían los sobrevivientes. Hablarían de ello a sus hijos y a los hijos de sus hijos.
Estos relatos populares del Diluvio están en armonía con algunos rasgos importantes del registro bíblico.
1) un lugar de refugio para unos pocos sobrevivientes,
2) una destrucción universal por agua para el resto de los seres vivos
3) la conservación de personas humanas.
Los egipcios, los griegos, los chinos, los druidas de Bretaña, los polinesios, los esquimales y groenlandeses, los africanos, los hindúes y los indios americanos, todos ellos tienen sus propias leyendas sobre el Diluvio.
La obra The International Standard Bible Encyclopedia (edición de G. Bromiley, 1982, vol. 2, pág. 319) dice a este respecto: “Se han hallado relatos de un Diluvio en casi todas las naciones y tribus del mundo. Aunque más comunes en el continente asiático y sus islas meridionales, así como también en América del Norte, estos relatos se han hallado en todos los continentes. La cantidad de relatos conocidos se cifra en unos doscientos setenta […]. En conjunto, se toman como prueba de que la humanidad sufrió una destrucción mundial en un gran diluvio, y que luego la raza humana se multiplicó a partir de una sola familia y desde un mismo lugar. Aunque puede que no todas las tradiciones se refieran a un mismo diluvio, parece que una gran parte de ellas coincide.
Si bien se ha dicho que muchos de estos relatos se deben a la influencia de los misioneros, la afirmación no se sostiene, pues han sido los antropólogos quienes, sin un particular interés en la vindicación del testimonio bíblico, han recogido la mayoría de estas narraciones, que tienen un alto componente de fantasía y paganismo, resultado obvio de la transmisión oral por largos períodos de tiempo en una sociedad pagana. Además, algunos de esos relatos antiguos los escribieron personas que estaban manifiestamente en contra de la tradición hebreo-cristiana.»
En épocas pasadas hubo pueblos primitivos (en Australia, Egipto, Fiji, islas de la Sociedad, Perú, México y otros lugares) que conservaron un posible vestigio de la tradición diluviana en la celebración de una ‘fiesta en honor a los antepasados’ o ‘festividad de los muertos’, celebrada en noviembre.
Estas costumbres eran una especie de evocación de la destrucción ocasionada por el Diluvio. Según el libro Life and Work at the Great Pyramid, en México la fiesta se celebraba el 17 de noviembre debido a que “la tradición decía que en esa fecha el mundo había sido destruido con anterioridad, y ellos temían que al fin de un ciclo una catástrofe similar aniquilase a toda la raza humana” (del profesor C. Piazzi Smyth, Edimburgo, 1867, vol. 2, págs. 390, 391).
Por otra parte, el libro The Worship of the Dead dice: “Esta festividad [de los muertos] se […] celebraba en o en torno a la misma fecha en la que, según el relato de Moisés, tuvo lugar el Diluvio, es decir, el día 17 del segundo mes, mes que corresponde más o menos con noviembre” (de J. Garnier, Londres, 1904, pág. 4). Merece mencionarse que la Biblia dice que el Diluvio dio comienzo “el segundo mes, en el día diecisiete del mes”. (Gé 7:11.) Ese “segundo mes” corresponde en nuestro calendario a la última parte de octubre y la primera de noviembre.
Vemos un puzzle de diversas piezas, las cuales se aproximan a la realidad. Las pruebas externas tambien dan fiabilidad al registro bíblico.