Pues acabó la serie, una de las mejores series de ciencia ficción que hemos podido ver. Una histórica serie que quizás le sobraba la sexta temporada y parte de la séptima, pero que al menos, ha acabado bien.
El «Pastor», gracias a torturar mentalmente a la hija de nuestra protagonista, accede a lo que es la última clave para la Guerra Final, la última guerra humana que tras la cual «trascendenrán» todos los humanos, En el proceso la niña se queda desconectada totalmente mente y cuerpo y se queda paralizada, para siempre. Por eso, cuando el «Pastor» accede a la clave, se da cuenta de que en verdad no es una Guerra, sino una prueba, la prueba final para los humanos. Los entes alineígenas tienen que juzgar si merece ser extinguida la raza humana o «trascender», que es ni más ni menos que convertirse en seres de luz eternamente para estar en el universo junto con las demás razas extraterrestres que lo han conseguido también.
Pero nuestra protagonista, en mitad del «examen», mata al «Pastor», para vengarse por lo que le ha hecho a su hija, y esto hace que la raza humana ahora no sea merecedora de trascender, y se aproxima a su erradicación total y definitiva. Pero su amiga consigue lo contrario, ir a hacer el examen y convence a los examinadores que les den otra oportunidad y que les dejen trascender. No se forma una nueva guerra, muere el jefe terrano que vivía mentalmente en el cuerpo de un Primero, y efectivamente logran trascender todos… menos la protagonista, que como castigo al matar a uno en mitad del examen còsmico tendrá que vivir sola eternamente en el planeta. Lo malo es que solo pueden trascender los vivos, y coom ella tuvo que matar a su hermano Bellami, este no trasciende y está muerto definitivamente.
Pero las escenas finales son diferentes ya que sus amigos deciden dar vuelta atrás a la Trascendencia y vuelven al planeta para formar un poblado y estar en paz por fin, con lo que la protagonista ya no se queda sola. Emotivo final, y así acaba esta gran serie de Los 100.
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