Los amantes de Star Wars siempre han entendido que la Fuerza, lo que se llama clásicamente la Fuerza, era una especie de energía, campo electromagnético, que fluye en todo el Universo y que da vida a los seres orgánicos. Esa fuerza podía ser utilizada para el bien, los caballeros Jedi, y para el mal, «el lado oscuro», de los Sith. Dependiendo para qué utilizas esa fuerza primordial del Universo, o eras lo uno o eras lo otro.
Pero en la segunda tanda de la trilogia Star Wars, nos añadieron otro detalle que nunca antes se había citado: esa Fuerza tenía un intermediario para que pudiera ser utilizada: unos microorganismos en algunos cuerpos especiales llamado los midiclorianos. Al parecer, Anakim tenía muchos muchos midiclorianos, hecho que hace sorprender a algunos Jedi que empiezan a sospechar que se trata del futuro jedi de la leyenda que «daría el equilibrio a la Fuerza en todo el Universo»… sin llegar a sospechar que al final sería un sith llamado Lord Vader.
–> Escena donde Obi-Wan le hace un recuento de midiclorianos a un niño Anakim Skywalker.
Hay Jedi con muchos midiclorianos, pero la mayoría son, digamos, «normalitos». Luke Skywalker, en cambio, también tenía mucha Fuerza interior, ya que tenía gran cantidad de midiclorianos, e incluso llegó a ser más poderoso que su padre ya que resistió la tentación del lado oscuro al contrario que su padre… aunque luego se dió cuenta el padre de lo mucho que habia metido la pata, el hombre.
En definitiva, George Lucas nos explicó un poquito más en qué consistia esta Fuerza, fuerza y energía que a los que la poseían, le daban poderes mentales, agilidad sobrenatural y dominio de las armas especiales. ¿Qué nos explicarán en la siguiente trilogía que nos espera…?