Keanu Reeves siempre sorprende. Si nos sorprendió en Matrix haciendo un papel digno de Neo, ahora en esta película ambientada en el siglo XII en Japón, en pleno apogeo de los samurais, lo hace también de manera excelente.
Los «Ronin» son los samurais que son exiliados del ejército japonés por que se quedan sin dueño. Pero Kai, el protagonista, un gran Keanu Reeves como hemos dicho, ya nació siendo un Ronin por que es mestizo: hijo de una inglesa y un japonés, al que abandonan siendo un niño en el bosque para que muera. Pero no muere sino que lo adoptan un clan secreto de guerreros con poderes especiales, tirando a poderes «oscuros».
Este Kai intenta buscar un sitio de honor en el ejército pero no lo consigue, hasta que un ejercito del norte de Japón consigue el poder del Sur donde está el matando a su Líder. Todos ahora se convierten en 47 «ronins» puesto que la élite de su ejército la constituía 47 samurais. Todos se unen quitando sus rencillas personales con él para devolver el poder al pueblo, y al final solucionan la papeleta, devolviéndole el honor a todos los samurais y permitiéndoles que se suiciden como samurais incluido Kai.
Magnífica película con un buen argumento y unos efectos especiales muy buenos. Sorprendentemente, esta película está basada en hechos reales y cada diciembre en Japón miles de personas van a las tumbas de estos 47 Ronin para recordarles.
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