No llega a ser el humor irónico, sarcástico y tan grande de Shrek, pero al menos se acerca. El protagonista, doblado por un genial Antonio Banderas,es el Gato con Botas, el gatito con una espada que una de sus armas es poner cara de gatito bondadoso que casi hipnotiza con esa tierna mirada a sus enemigos.
Es una película muy graciosa; empieza un poco aburrida pero a la mitad se va animando cuando van presentando a los villanos y a la chica-gata, y mejora por momentos. Cuenta la historia del Gato con Botas; por lo que se explica, está situada en el tiempo antes de encontrarse con Shrek, aunque esto es una pura especulación nuestra.
El argumento es que el Gato con Botas, que se llama simplemente «Gato», es una especie de forajido que intenta limpiar su nombre. Antes era socio-hermano de un huevo (sí, como suena, un huevo literal con una cara dibujada) pero le traicionó por que roba el banco central de la localidad de ellos, San Ricardo. Cogen al huevo y el Gato consigue escapar y su nombre es ensuciado.
Su «madre», que es la madre adoptiva de muchos muchachos le mira con cara de decepción y es cuando inicia su aventura para limpiar su nombre y que pueda volver a su hogar como héroe. Cuando entra en un bar de mala reputación, oye que se está buscando unas habichuelas mágicas que, si se plantan en un lugar determinado, pasa como en el cuento famoso: crece un árbol tan alto tan alto tan alto que llega a un castillo más allá de las nubes.
En ese castillo hay unos huevos de oro protegidos por una gallina gigantesca, que es la monstruo que al final tiene que vencer el Gato. Cogen los huevos de oro, consiguen escapar pero el Gato descubre que, al entrar de nuevo en San Ricardo, ¡ su amigo el huevo se la ha jugado otra vez!
El Gato convence al huevo de que en el fondo sabe que es una buena persona y que el pollito que han cogido lo tienen que devolver al castillo por que sino su madre gallina vendra. Y efectivamente, la gallina madre gigantesca va y empieza a destrozar el pueblo hasta que lo vence el Gato, el huevo que al parecer muere y su amiga la gata.
En realidad el Gato llora la muerte de su amigo-huevo, limpia su honor, y queda con que se vera con la gata-chica durante otra aventura. El huevo al final no ha muerto, sino que al estrellarse contra el suelo pues se cae por un precipicio, dentro está lleno de oro, con lo que la gallina-madre gigante-monstruo se lo lleva al castillo, que es lo quería el huevo desde pequeñito.
El Gato está muy bien hecho, habla igual que en Shrek y explican en la película que esa mirada tierna que hace la utiliza para hipnotizar a sus enemigos. Ademas, el Gato es un amante de las gatitas, un Don Juan gatuno, vamos.
Para echar unas risas alquilándola en DVD, si te gustó la saga Sherk, claro. Si no, parecerá un rollo.
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