Buena película de Tom Cruise al que definitivamente le pierde su afición a las motos, en esta ocasión del futuro. Interesante argumento aunque ya muy visto, pero buenos efectos especiales.
Es la Tierra en el año 2077. Al parecer, han hecho creer a todos que una raza de extraterrestres llamada los «carroñeros» han ido a la Tierra para conquistarla y como las langostas, absorber sus recursos naturales. Pero primero, para eliminar a los humanos, destruyen la Luna.
Sin la Luna, la mitad de todo el planeta se destruye por culpa de las bombas nucleares que los humanos lanzan contra ellos, y de por si por los maremotos, tsunamis y tremendos terremotos que se suceden en la Tierra por culpa de que no esté la Luna. En definitiva; se gana la guerra pero pierden el planeta y están todos los humanos en Titán, una de las lunas más grandes de Júpiter.
Pero Tom Cruise, al que le han borrado la memoria como a todo el ejército humano, empieza a tener recuerdos de su vida anterior. El actualmente está en el planeta Tierra como encargado del mantenimiento de los drones, que son robots que patrullan algunas zonas designadas por si vuelven a atacar los «carroñeros».
Pero en realidad no es así. Carroñeros no hay, son humanos liderados por un gran y curioso Morgan Freeman al que le dice que en realidad su cuartel general, el Teth, que está orbitando en el espacio, ha sido el causante de la destrucción de la Luna. Teth es una gigantesca nave triangular (como Independece Day) que nadie sabe de dónde ha venido pero va destruyendo planetas para ir saqueando sus recursos naturales.
El Teth borró la memoria de casi todo el ejército y cogió al mejor comandante de la actual resistencia, Tom Cruise, y lo clonó muchas veces para que todos en la Tierra mantengan los drones. Cuando se da cuenta, tal y como pasa en Independence Day, va con su nave con una gran bomba nuclear a ver al núcleo del Teth y se lo carga en mil pedazos.
Buena película y un buen Tom Cruise haciendo sus caritas y posturitas, como a él tanto le gusta.