Como suele pasar en las últimas películas de Marvel Studios, nos ha dejado un poco fríos esta película.
No está mal, y de hecho que se nos presente el mundo cuántico como una especie de universos subatómicos es genial, y da para muchas tramas argumentales, sin duda. Pero en sí… podía haber sido un poco mejor.
Se nos presenta a Kang el Conquistador como un supervillano interesante, y del que esperamos verlo en otras ocasiones. Nos ha gustado el personaje. Eso sí, Modok… podía haber sido mejor diseñado la verdad… pero que sea el enemigo al que «cuantizó» en la primera, no es mala idea del todo.
El argumento es que la hija de Ant Man fabrica una especie de sonda para que, sin necesidad de ir al mundo cuántico, se pueda ver qué hay cartografiándolo. Pero la esposa de su maestro le dice que lo apague enseguida ya que Kang el Conquistador la está buscando, y eso haría enviar una señal para detectarla.
El aparato sufre un fallo al apagarlo de repente que hace que todos vayan al mundo cuántico de repente y aparecen en un universo «de bolsillo», es decir, subatómico, donde está Kang buscándola a ella. Él es un conquistador que va arrasando universo subatómico tras universo subatómico, pero ayudado de Ant Man, la Avispa y muchas hormigas, consiguen derrotarlo, y vuelven al mundo real.
Eso sí, Scott se queda preocupado ya que Kang le dijo que «se avecina algo muy malo para la humanidad». ¿A qué se referirá? ¿Quiénes son los que aparecen en las escenas finales cuando dicen que «basta ya de perder el tiempo» y que van ellos a poner manos a la obra en contra de la Tierra…? Imaginamos que lo sabremos en las siguientes películas.
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