Salimos del cine con el mismo sabor agridulce que con la primera: nos da la impresión que no llegan a sacar el 100% del personaje, y el universo de los simbiontes es tremendamente enorme.
La historia trata de que Cletus Kassady lo van a matar por asesino psicópata, pero antes de que le metan la inyección letal, como muerde al brazo del simbionte cuando este se enfada con él por que es muy agresivo, se pone en su boca la gota de sangre de Eddie Brock mezclado con la sustancia del simbionte, y nace Matanza, que se le mete en el cuerpo a Cletus Kassady. En fin, un orígen un poco extraño, y sin mucha explicación; de hecho, ninguna explicación.
Las batallas entre ellos dos eso sí, son brutales y muy buenas, y se ve cómo de poderosos son los simbiontes, realmente. Gracias a Grito, que al final se vuelve en contra de Matanza ya que la quiere matar por su naturaleza sónica de sus poderes, acaban con Matanza y Veneno se lo come. Como escenas finales, muy interesante el rayo amarillo que hace cambiar de universo a Veneno y Eddie y cuando ve a Peter Parker en la pantalla, el simbionte se relame. Por fin, el inicio de una nueva relación entre Sony y Marvel-Disney que hará que los personajes convivan entre ellos.
Entretenida película pero… no llega, como hemos dicho antes, a abarcar todo lo impresionante de los personajes de los simbiontes.
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