Uno de los pesos pesados en cuestión de malosas ha tropezado Kara, nuestra querida Supergirl, en esta tercera temporada. Y aquí se acabaron las tonterías: ha venido Reign, a la que le ha dado una paliza tremenda a Supergirl que casi la mata.
Está en coma, y es evidente que saldrá de ella gracias a su organismo kriptoniano, pero lo que es cierto es que Reign no es una «mala» más, sino que es un producto de Kriptón. Ella es, simplemente, un experimento biológico. Es la Doomsday en femenino, teniendo un poder brutal y es prácticamente invulnerable e incansable. De hecho, en las mejores escenas de Supergirl es estas tres temporadas, se ve cómo hace sangrar y todo a Supergirl, algo que no había conseguido nadie, y es que si no tiene cuidado, y aunque físicamente es menor que Doomsday, a golpes secos vence a Supergirl.
En Kripton se hicieron estos experimentos, y además uno de los cerebros era Zor-El, padre de Supergirl. Abochornado por lo que había creado, ni más ni menos que un grupo de experimentos biológicos muy poderosos, se fue de la investigación pero ya era demasiado tarde, y viajó hasta la Tierra ya que se enteró de que en ella había todavía kriptonianos.
En la serie, un ama de casa con su hija, se da cuenta de que cada vez tiene más superpoderes y le posee el espíritu malvado de los kriptonianos que, a modo de programación, le obligan a pelear contra Supergirl. Esperemos que Supergirl pueda derrotarla en un segundo combate, quizás ayudado por el Detective Marciano y Monn-El.
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