¡Qué buena es esta serie! El actor que encarna al alien, todo hay que decirlo, hace un papelón impresionante, con las caras que pone y las situaciones a las que se expone.
Cuando descubre que el niño se ha colado en su nave, lo que hace es intentar expulsarlo o ignorarle, pero el niño se revuelve y la nave acaba estrellada de nuevo en el pueblo donde viven. Vuelta a empezar pues, ya que la nave acaba tan dañada que la tiene que «autodestruir» convirtiéndola en mera agua líquida.
Mientras, decide gracias a su amiga que durante al menos 50 años no destruirá a la Humanidad, pero la chica interrumpe la transmisión de su mensaje a su planeta de orígen ya que lo que la chica quiere es que la Humanidad no se destruya nunca, no solo darle un tiempo de «gracia» de 50 años. Como su transmisor ha sido destruido, ahora tiene que ir a ver a un alien compañero suyo que ha llegado a Nueva York quizás para acabar la misión la cual no ha completado nuestro amigo.
Además, al «club» se presenta un pulpo que consigue rescatar de un restaurante chino que habla. Bueno, habla pero solo lo entiende el alien y la chica. ¡Buena temporada nos espera!
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