El actor J. K. Simmons, nuestro adorable para siempre J. J. Jameson, es el protagonista de esta serie lenta, lentísima, pero interesante en sus dos episodios finales.
Ellos son una pareja de ancianos que ocultan un secreto desde hace décadas: dentro en la profundidad de un cobertizo esconden un aparato que los teletransporta a una planeta lejano, dentro de una casa alienígena. No saben cómo funciona, no saben cómo llegó allí y no saben en qué planeta los deja, ya que nunca en sus más de 800 viajes allí nunca se les ha ocurrido traspasar la puerta por miedo.
Pero resulta que no son los únicos, ya que en Argentina, una madre le cuenta a su hija adolescente que dentro de una iglesia abandonada está el mismo aparato que los teletransporta. Pero ellos hacen más, ya que son parte de una especie de grupo organizado que mata a aquellos que descubren la máquina o la utilizan mal. Y descubren que la pareja de ancianos están cuidando a un joven que salio de ese mismo cobertizo, y resulta ser para ellos un «apóstata» y quieren matarlo, junto con la pareja de ancianos.
Al final la madre e hija argentina se ponen a favor de esta pareja de ancianos y del joven, que huye, despidiéndose de ellos y buscando sus orígenes ya que dice no recordar nada. En fin, demasiadas cosas sin explicar, con lo que esperemos que en la segunda temporada se aclare algo más esto.
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