«Tu eres el Spiderman Superior». Con estas palabras, de Otto Octavius dirigidas al bueno de Peter Parker, él se desvanece de sus recuerdos corrompidos en la mente del cuerpo de Peter Parker, y voluntariamente deja que otra vez sea Parker, el Asombroso Spiderman, quien tome el control de Spiderman.
Y es que la ciudad de Nueva York se ha convertido en la sede de la Nación Duende. Todos los edificios importantes atacados, pintados con la cara del Duende, y todo el ejército del Duende Verde, llamado ahora el Rey Duende, ha asolado y conquistado la ciudad. Toda la arrogancia e inteligencia del Spiderman Superior se ve impotente a la hora de contraatacar, y es cuando está a punto de matar a su novia que voluntariamente se mete en su máquina de paisaje mental y habla con el recuerdo de Peter Parker que ha adquirido forma esotérica otra vez, y le dice las palabras del principio de este artículo. No puede controlar todo, y no ha podido hacer lo realmente bueno siendo el Spiderman Superior.
Así, el Doctor Octopus ha muerto (otra vez) y es Peter Parker quien vence al Duende, y ahora le toca recuperar la confianza de sus amigos Vengadores y la de toda la ciudad. Empieza hablando con Tia May y disculpándose sobre su actitud de estos últimos meses, y habla también con un recién dimitido Jonah Jameson quien volverá a ser redactor del Daily Bugle tras haber fracasado con sus robots mata-arañas.
Ahora le toca al Asombroso Spiderman recuperar toda la confianza perdida y a ver qué hace con su destrozada Industrias Parker, ya que quizás la venda o la remodele o quién sabe lo que va a hacer. El siguiente número se verá, pero al menos, después de 31 números, ya tenemos de vuelta al verdadero Spiderman, Peter Parker.
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