Finalizó la temporada tres de The Rookie, temporada que… podía haber dado más de sí, la verdad. Tan interesante quedó la segunda que empezó la tercera solucionándose todo en solamente el primer episodio.
Nuestro querido policía cuarentón consigue salir del atolladero pero con una mancha en su expediente… para siempre, ya que siendo «novato» tener esa mancha implica nunca progresar para nada, e incluso tardará un mes más en cumplir su servicio obligatorio de novato por «castigo», aunque se demostró que él no tuvo nada que ver, ya que fue todo una trampa tremenda.
Por lo demás sus compañeros sí que lo consiguen, y se licencian como policías de verdad. Hay un caso grave de racismo que el hijo del jefe de Asuntos Internos soluciona, lo que la Ley no deja solucionar, pero denunciándolo ante sus nuevos compañeros de otra comisaria donde vive, y por último, la amiga del protagonista quiere ser policía infiltrada y lo consigue, a pesar de las pruebas que le hacen pasar.
La temporada acaba con el secuestro de esta, a manos de la banda a la cual se quiere infiltrar. En la cuarta temporada veremos qué ocurre con ella.