Muy, muy buena película, donde los efectos visuales son impresionantes. Y es que la cámara que hace que no sea la cabina del avión y que solo se vea al piloto y el cielo donde está, resulta trepidante. Enhorabuena al director de esta película y por supuesto a Tom Cruise que una vez más lo ha vuelto a hacer.
30 años después de la primera película, Maverick está en otro departamento, probando un prototipo de avión que puede viajar a mach10. No debería forzarlo tanto pero lo hace, y se carga el avión, por cierto. Como no es muy querido por sus generales, le dan una misión especial y lo envían de nuevo a Top Gun, lo mejor de lo mejor de los pilotos de avión.
Y en esta ocasión tiene que entrenar a un puñado de alumnos para una misión muy arriesgada, y es entrar en picado a un valle entre dos montañas para destruir una base de enriquecimiento de uranio, pero esto es solo apto para los mejores pilotos del mundo. Y como ni ellos son capaces de hacerlo, es Marverick, ayudado psicológicamente por su amigo Val Kilmer (que en la realidad está así, enfermo…) y al final lo consiguen.
Él vuelve a su puesto pero en el fondo se sigue encargando del Top Gun. Las batallas aéreas y su reencuentro con el pasado son muy buenos. La recomendamos.
Deja una respuesta