Y es que buenos y malos profesionales hay en todos los lados, pero muchas veces la política de la empresa donde trabajan influye mucho.
En mi caso concreto, que tengo la asesoría en Valencia, solo puedo hablar cosas buenas del Banco Sabadell. Me explico con datos concretos:
- El trato personal, cercano, la amabilidad y la simpatía.
- La rapidez en la solución de problemas o incidencias.
- El hecho, que aún me sorprende, de que vinieron ellos a mi oficina (y lo hicieron las veces que hizo falta).
- Otro hecho sorprendente: ¡¡me dieron el crédito que necesitaba!! (y no tuve que ir a la oficina bancaria para ello).
- Me hicieron un análisis de mi situación financiera para recomendarme el mejor crédito.
- La página web sencilla e intuitiva.
- Las bajas comisiones o la ausencia de las mismas.
- El magnífico sistema para pasar las minutas domiciliadas a mis clientes.
- Me dieron las tarjetas que necesitaba.
- Ellos se encargan del papeleo en el cambio de cuenta corriente de proveedores y acreedores.
- El servicio telefónico de la web tiene un horario excelente, así como el trato de los teleoperadores.
Como dicen por ahí, un cliente satisfecho se lo dice a 10 personas, y uno insatisfecho a 100. Yo creo que ya cubrí mi cupo de hablar bien del Sabadell, y así seguiré haciéndolo en mi entorno.
Porque es lo justo y lo correcto. Y no, no tengo acciones del Sabadell y nadie me ha pagado por este artículo.
IFM