Algunos artículos de los periódicos en sus páginas especializadas están hablando del cliente tóxico.
Podríamos decir que el cliente tóxico es aquel que por su forma de ser o tratarte no vale lo que paga. Todos los que hemos tenido negocios sabemos de lo que estamos hablando.
Personas cuyo único fin es el de humillarte, desprestigiarte o hacerte sentir un inútil. Personas que porque paguen una minuta se consideran en el sacro santo derecho a exigirte, con malos modos, un servicio que se sale claramente de lo acordado en su momento.
Personas que deben tener una frustración personal en sus vidas que les obliga a aplastar a otros para sentirse felices y realizados. Desde aquí decimos NO al acoso y SI a la buena relación (¿por qué no cordial?) entre cliente y profesional. Lo cual no está reñido con la normal y justa exigencia de un buen servicio de calidad por el que se está pagando.
BONUS
Ya les vale a los defraudadores que están saliendo en los medios de comunicación el decir que “la culpa fue de mi asesor”. Por ahora no les está saliendo bien, ya veremos…
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