Hemos visto algunos episodios de la serie Transporter, donde el conductor y ex del ejercito Frank va con su coche de lujo haciendo entregas a criminales de la mafia, y no nos gusta nada. No tiene ni punto de comparación con lo bien que lo hace Jason Staham en la trilogía de la saga «Transporter».
Además de que el actor intenta imitarle pero no lo hace nada bien, se nota que lo hace muy fingido, el problema en sí es el argumento de los episodios, que no tienen sentido en absoluto. En casi todo ellos, el encargo sale bien pero él se da cuenta de que es un acto criminal y que sufrirán personas y da marcha atrás a solucionar el entuerto. Pues hombre, si tratas con criminales, ¿qué quieres que contengan los paquetes que tu mismo transportas, golosinas y chucherías o qué?
En fin, que no recomendamos la serie en absoluto. Dista mucho de lo que la saga de películas ha dado de sí.
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