Estamos a 1 de noviembre. 22 grados al menos en Valencia. Falta mes y medio para que empiece esa fiesta llamada Navidad, del cual Oconowocc ya habló de ella el año pasado, y desde luego, se nota. El mundo del marketing y del comercio ya se mueve.
Cuando vas haciendo zapping en medio del maremagnum de canales que hay, en todos hay una constante: la publicidad navideña que ya ha empezado. Compre juguetes, compre adornos de navidad, compre champagne, compre turrón, compre, compre… ¡¡¡compre!!! Estamos en la vorágine del consumismo, en la fiesta mas comercial de este planeta: la Navidad.
Hay que pensar y meditar un poco en lo que representa esta fiesta. Fijáos en las luces, tan bonitas, que ponen en los centros comerciales. Y esas melodias tan repetitivas que se te meten en la mente y que no puedes parar de repetir tarareándola… Qué bien montado lo tienen, los tios. Da igual que no llegues a final de mes, da igual que estés en el paro sin cobrar nada por que se te ha acabado el subsidio, toca comprar regalos, así que te fastidias y a tirar de tarjeta. Ese es el mundo de la Navidad.
Eso si, Hollywood nos tiene preparados sus patéticas películas sobre la Navidad a las que nos tiene acostumbrados siempre, sobre el espíritu navideño ese. Lo hacen para ponernos ya en el ambiente. Eso también es típico para estas fechas, es más, ya se puede ver en los carteles de los cines las futuras películas que van a hacer sobre este tema.
Es lo que toca, y en el mundo consumista en el que vivimos no está mal que al menos unas cuantas páginas como esta vaya en contra de la corriente mundial y diga las cosas como las tiene que decir, al menos es nuestra humilde opinión. Falta un mes y medio, más adelante se hablará largo y tendido sobre esta fiesta.