Ahora que está a la orden del dia la trágica situación de la centra nuclear de Fukushima en Japón al que todavía no han podido ponerle fin, y a eso hay que sumar otra central nuclear que ahora ha abierto por primera vez un escape radioactivo debido a otro terremoto de 7,4 grados ocurrido al norte de Japón, hay que recordar la tragedia del año 1986 en la región llamada Chernobyl, que pasó por algo parecido, aunque sin terremoto ni tsunami de por medio.
Pero el problema de Chernobyl es que el peligro todavía no ha pasado. Hasta que el plutonio ya deja de emitir radiación pasan alrededor de 250.000 años… y solo han pasado 25. Además de eso, los habitantes de aquella región, inexplicablemente han ido volviendo poco a poco, exponiéndose a recibir dosis altísimas de radiación capaces de provocar tremendos cánceres o una muerte lenta, sin que el gobierno de allí impida nada.
Pero quizás lo más grave es que la construcción del llamado «sarcófago» de Chernobyl todavía no ha sido ni empezado. ¿Qué es eso del sarcófago? Pues bien, cuando explotó el reactor nuclear saltaron residuos nucleares extremadamente peligrosos. Cuando el material de combustión se enfrió, la radiación iba saliendo pero más o menos la taparon mediante paredes de cemento enormes. Por culpa de las lluvias, del mal tiempo en general y el paso del tiempo esas paredes se están agrietando dejando más expuestas grietas y agujeros debido a la cual cada vez se escapa, de nuevo, más radiación.
Una solución fue un proyecto aprobado ya en el año 2007 y consistía en crear un sarcófago, realmente, un «segundo sarcófago»: una obra de ingeniera tremendamente enorme, denominada una de las 10 maravillas nuevas del mundo, de coste más de 435 millones de euros, pero que todavía no ha sido ni empezado como se ha comentado antes.
Las empresas que habian sido elegidas eran dos empresas francesas pero no cuentan todavía con el apoyo financiero suficiente, ya que el Gobierno ruso no tiene nada de dinero para eso y se ha pedido ayuda financiera internacional. Pero a fecha de hoy, todavía no ha empezado dicha construcción y la radioactividad sigue escapándose cada vez con más intensidad. Por eso, el peligro no ha terminado todavía.
Si a eso le unimos las nubes radioactivas que ya han salido de la central nuclear de Japón, nos tememos un periodo de varios años o decenas de años realmente malos por que no sabemos a ciencia cierta qué dosis de radioactividad estamos soportando. Los científicos se apresuran a decir que mínimas para la salud, pero… ¿les creemos? ¿Dejarán que la central muerta de Chernobyl siga echando «mierda» nuclear a nuestra atmósfera, como la de Yukushima?
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